Partiendo del concepto literario de "extrañamiento" como una forma de romper con los automatismos y lo ya conocido por todos, se muestra a través de la escritura un hecho cualquiera y cotidiano escrito de una manera original y creativa. Esto provoca en el lector una sensación de alejamiento o distanciamiento con respecto al texto, que consiste en detenerse a reflexionar sobre ese hecho ordinario en el que normalmente no pensamos ya que lo hacemos a diario de manera automática. A partir de la lectura del texto de Cortázar "Instrucciones para llorar" los alumnos de 6 I inventaron otro instructivo pero para realizar otra acción. Les compartimos aquí sus producciones.
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de escribir, comenzando por levantar con la mano a nuestro delgado amigo de sangre azul, empuñándolo como tenedor al comer, y con movimientos fluidos de dedos y muñeca, derramar su sangre en finas líneas dando forma a las palabras en el lienzo blanco de papel y de líneas rectas que rigen la prolijidad del curso de la escritura. Con pequeñas comas y puntos se le da, de algún modo, sentido a lo expresado en el lienzo. Por último, se le da un final con la más mínima cantidad de tinta: un punto.
Autora: Sosa Pamela
(Aclaración: las siguientes líneas poseen contenido no apto para almas sensibles, si usted cree que es una de ellas pues saltee esta lectura)
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de defecar. Entendiendo por esto que defecar no ingrese en el escándalo, ni insulte al baño por su aroma y textura. Defecar ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espantoso acompañado de gases aromáticos, estos últimos preferentemente al final, pues defecar se acaba en el momento en que hay que limpiar. Para defecar dirija su atención a una buena concentración, y si esto le resulta imposible por haber digerido mucho queso, piense en comprar laxante. Llegado el excremento, se tapará con decoro la nariz usando ambas manos. Los niños defecan en sus calzoncillos, y de preferencia en un rincón del patio. Duración media de la defecación de cinco minutos a media hora.
Autoras: Romero Basanta Micaela y Eva Padilla
Dejando de lado los motivos atengámonos a la manera correcta de reír, entendiendo por esto una risa que no ingrese en el escándalo. Si bien la risa podría ser como una carcajada -aun silenciosa- la sonrisa puede ser también de felicidad o puede ser una risa nerviosa o tímida. Estar contento es lo que te hace sentirte mejor. La risa es un sinónimo de felicidad, de estar bien, reír es lindo y más si es por cosas que te hacen bien, siempre con moderación, depende de la ocasión. Eso creo que sería para mí.
Autor: Eric Sosa
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de caminar, entendiendo por esto un paso que no ingrese en el escándalo, que al caminar se sienta libre, respire en cada paso adecuadamente, que mire bien hacia dónde va y quién viene en su camino. Trate de pisar firme y no tropezar.
Autor: Sebastián Tapia
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de sufrir, entendiendo por esto que sufrir no ingrese en el escándalo ni que insulte a la felicidad por su torpe y paralela semejanza. Sufrir consiste, primero que nada, en ocasionar un hecho que nos haga mal, se nos cambia automáticamente la cara, no se produce una sonrisa ni por casualidad, con las manos nos agarramos la cabeza o nos acostamos y con ellas nos tapamos los ojos, escuchamos música y con cara de dolor nos largamos a llorar exageradamente y con cara extraña. Los niños todavía no saben hacerlo. Tiempo aproximado del sufrimiento: indeterminado.
Autora: Florencia Ramos
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de reír, entendiendo por esto una risa que no ingrese en el escándalo. La risa media u ordinaria consiste en una alegría originada por algo que causa gracia. Expresada por una mueca acompañada de gestos, pues la risa se acaba en el momento en que uno suena enérgicamente su carcajada. Para reír dirigimos las imaginación hacia nosotros mismos y si nos resulta imposible pensamos en un payaso, un perro con disfraz de araña o una persona colgada de una planta con la cara manchada con caca de paloma pidiendo ayuda. Llegada la risa, se tapa con decoro el rostro con muecas de alegría. Duración media de la risa, de dos a cinco minutos.
Autor: Ariel Bareta
Dejando de lado los motivos, pensemos en la manera correcta de sonreír, entendiendo por esto una sonrisa que no llame demasiado la atención. La risa cotidiana u ordinaria consiste en un ligero ascenso de los extremos de la boca. Para reír tómese con buen humor lo que digan o pase en su entorno, y si esto le resulta complicado por haber contraído desconfianza en lo que pase a su alrededor, piense en una anécdota divertida o simplemente en el recibimiento de su perro al llegar a su casa. Llegada la sonrisa usted podrá notar un cambio en su humor, así sea muy leve. Dependiendo el motivo que cause la sonrisa, ésta puede tener una duración aproximada de dos a cinco segundos. Y, finalmente, hay que tener claro que siempre hay motivos para sonreír.
Autora: Juliana Martínez
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de reír, entendiendo por esto la risa que no ingrese en el escándalo. La risa contagiosa consiste en un gran dolor de abdomen y una carcajada acompañada de lagrimal, pues la risa se acaba en el momento en el cual la persona deja de mirar, escuchar o deja de hacer lo que le causa risa. Para reír podemos dirigir la imaginación a recuerdos de la infancia, donde uno se solía divertir o hacer travesuras entre amigos del barrio de tu casa. La duración de la risa puede ser hasta cuando uno ya ni respirar puede del dolor de abdomen.
Autor: Nicolás Cepeda
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de sufrir, entendiendo por esto que es un sentimiento de dolor y tristeza. Se demuestra en una contracción del rostro y un sonido acompañado de lágrimas y mocos. Esto es provocado por hechos, palabras, sucesos, historias imaginadas, etc. Es un dolor que se siente en uno mismo, mucha angustia, tristeza. A veces sufrís tanto que es como si te clavaran algo en el corazón, es un dolor que se siente. Puede durar muchas horas o tan sólo minutos. Se soluciona con amor y felicidad.
Autora: Mailén Abigail Escobar
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de reír. Reír consiste en estar feliz o no. Podemos reír de felicidad o simplemente reír para tapar el sufrimiento. Para reír podemos imaginar, recordar, mirar. Hay muchas maneras por las cuales reír, como también el reír nos hace sentir bien con uno mismo. Cuando la risa llega se puede tapar con decoro la boca con las manos o sujetarse la panza. La risa se produce muy frecuentemente y por placer muchas veces.
Autora: Lucrecia González
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de acostarnos. Todo comienza cuando nos ponemos nuestro pijama: primero pie izquierdo; luego, el derecho. Sentados sobre nuestra cama, se debe pensar en todo lo que sucedió en el día y en todo lo que podríamos haber hecho. Postrándonos sobre nuestro lecho y acariciando la almohada como si se tratase del amor más imperfecto que espera los sueños más locos que nuestra mente haya imaginado, nos inclinamos hacia el lado derecho para apagar la lámpara. Una vez hecha esta acción nos introducimos en esa cama perfecta que nos llevará a un silencia profundo donde nos encontramos en un cuarto oscuro preguntándonos en medio de un suspiro qué nos esperará mañana.
Autora: Mariel Pardo
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de pensar, una de las maneras de entender los pensamientos sin mezclarlos con los de las personas que somos todas diferentes. El pensamiento consiste en un hábito general de la mente acompañado del razonamiento cotidiano. Esto al final resulta de manera inexplicable porque los pensamientos nunca los terminamos de crear pero si lo razonamos en el momento ellos resultarán de manera espontánea.
Autora: Débora Saso
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de querer. El querer consiste en amar, en sentir, en apasionarse con algo. Se deja de querer a algo o a alguien cuando se pierde confianza, cuando ya no sentís lo mismo, cuando la pasión por algo se pierde. Para querer dirija la imaginación hacia usted mismo, mostrándose cariño, afecto y amor. Y si algún día dejara de quererse pues entonces dejará de sentirse.
Autora: Jésica Giménez
Publicado en abril de 2015.
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A partir del texto de Cortázar Preámbulo a las instrucciones para darle cuerda al reloj escribe un texto similar pensando en algún objeto material que te hayan regalado.